Estados Unidos y el Reino Unido han querido demostrar unidad en la defensa de Ucrania con una visita conjunta a Kiev de sus ministros de Exteriores. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que sus aliados «siguen luchando por la victoria de Ucrania» ante la presencia de la población. Por su parte, el ministro de Exteriores británico, David Lammy, aseguró que esta coalición durará «100 años». Ambos ministros afirmaron que la transferencia de armamento a Ucrania no aumenta la guerra, sino que la escalada de tensión se da por el envío de misiles balísticos de Irán a Moscú.
Ambos países y la Unión Europea sostienen que Irán ha enviado sus misiles balísticos Fath-360 a Rusia, aunque Moscú y Teherán lo niegan. En la invasión de Ucrania, los drones bomba iraníes Shahed y la munición norcoreana han jugado un papel crucial. Se esperaba que se anunciara en la reunión la autorización del uso de misiles de largo alcance ATACMS y Storm Shadow en suelo ruso, pero Blinken solo mencionó que el Gobierno de Joe Biden sabe «adaptarse a cada situación». Además, anunció un nuevo paquete de ayuda de 700 millones de dólares para Ucrania, al igual que su homólogo británico.
Dudas sobre el desenlace de la guerra
Las declaraciones de Blinken y Lammy reiterando el apoyo de sus países a Ucrania responden a las crecientes dudas sobre el desenlace del conflicto. La presión de los aliados para determinar el plan de guerra de Kiev y el momento de buscar un final a la guerra también se mencionaron en la reunión. Por su parte, Trump se ha mostrado reticente a continuar apoyando militarmente a Ucrania, lo que podría influir en el futuro respaldo occidental al país. Zelenski se comprometió a presentar un plan de victoria para terminar con la guerra ante la comunidad internacional este año.
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