Albert Giesecke fue un destacado educador que tuvo un impacto significativo en el Cusco. A su llegada en 1909, fue nombrado rector de la Universidad Nacional de San Antonio Abad por el gobierno peruano. Implementó reformas innovadoras que modernizaron la educación en la región.
Además de su labor académica, Giesecke también se desempeñó como alcalde del Cusco, impulsando el desarrollo urbano de la ciudad imperial mediante proyectos como la pavimentación de calles y la construcción de acceso a Sacsayhuamán.
A sus 26 años, Giesecke tenía una sólida formación en universidades de Estados Unidos y Europa, lo que lo posicionaba como un candidato ideal para modernizar la educación en Perú.
Bajo el liderazgo de Giesecke, la Universidad de San Antonio Abad experimentó una transformación radical con la introducción de nuevos métodos educativos, fomento del deporte y apoyo a investigaciones arqueológicas. Además, creó el Museo Arqueológico de la universidad y promovió el estudio del patrimonio histórico local.
Después de dejar el Cusco en 1923, Giesecke continuó su labor como director general de Enseñanza en Lima, contribuyendo a la mejora del sistema educativo nacional. También fue consultor en temas de resolución de conflictos territoriales y publicó obras sobre arqueología y geografía peruana.
A pesar de sus múltiples roles en Lima, Giesecke siempre mantuvo una profunda conexión con el Cusco, donde dejó un legado perdurable tanto en la educación como en el desarrollo urbano. Falleció en 1968, pero su influencia en la ciudad imperial sigue siendo recordada.