La vicepresidenta Kamala Harris llegó al debate este martes por la noche en Filadelfia con el objetivo de crispar a su contrincante, el expresidente Donald Trump. Harris buscaba confrontar a Trump y presentar su programa a los estadounidenses. A lo largo del debate, Trump se mostró incómodo y perdió los nervios en varios momentos. Este fue el único debate previsto entre ambos antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Harris atacó a Trump desde el principio, llevando la iniciativa y logrando ponerlo en aprietos en varias ocasiones. Trump, por su parte, se mostró incómodo y a ratos impaciente. Los moderadores del debate, David Muir y Lindsey Davis, superaron las expectativas al contrarrestar las falsedades y medias verdades de Trump. La noche estuvo marcada por un intenso trabajo de verificación de datos, ya que Trump mantuvo ocupados a los factcheckers con varias afirmaciones falsas.
Durante el debate, Harris defendió su postura como una representante del cambio y a la vez como una aliada del presidente Joe Biden, mientras que Trump le echó en cara promesas incumplidas durante su tiempo como vicepresidenta. Harris mantuvo una posición más enérgica y expresiva en contraste con la seriedad de Trump durante todo el debate. El contraste entre la actitud de Harris y Biden en sus respectivos debates con Trump fue evidente, mostrando en general una actuación más sólida por parte de la vicepresidenta.