Se planteó la hipótesis de un James Bond gay durante la presentación en Venecia de Queer, lo último de Luca Guadagnino el 3 de septiembre. Daniel Craig, el sexto James Bond cinematográfico, compartió escenario con Guadagnino, quien le ofreció el primer papel abiertamente homosexual de su carrera.

Al hilo de una reflexión sobre representatividad y diversidad sexual, un periodista preguntó si sería posible un Agente 007 enamorado de otro hombre. La respuesta, en tono jocoso, negó la posibilidad y destacó la importancia de que Bond resuelva sus misiones adecuadamente.

Las redes sociales reaccionaron ante la polémica. Algunos acusaron al periodista de periodismo de corte woke, mientras otros señalaron un supuesto subtexto gay en interpretaciones anteriores. La discusión planteó la posibilidad de dar un giro queer al personaje.

Un libro (siempre) abierto

Algunos medios se sumaron a la controversia, planteando la evolución del personaje de Bond a lo largo del tiempo. La creadora de la columna sugirió explorar la diversidad no solo en los guiones, sino también en los elencos, proponiendo actores y actrices LGBT para el papel de Agente 007.

Otro punto de vista destacó la falta de imaginación al reciclar personajes tradicionales en lugar de crear nuevos iconos LGBT desde cero. Sugirieron que la diversidad sea parte de la creación de nuevos personajes en lugar de modificar los existentes.

La creación de Bond originalmente lo retrataba como heterosexual en la mediana edad, con características como eficacia, patriotismo y un gusto por el Martini seco. A lo largo de los años, el personaje ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios socioculturales y de audiencia.

La discusión sobre la posibilidad de un James Bond gay plantea interrogantes sobre la necesidad y pertinencia de dicha caracterización. La flexibilidad del personaje sugiere que un cambio en su orientación sexual podría ser viable y atractivo desde el punto de vista artístico y narrativo.