La manifestación independentista de la Diada en Cataluña ha contado con una participación reducida de alrededor de 60.000 personas, reflejando la crisis del movimiento secesionista en las urnas y en la calle. Este año, la manifestación se descentralizó en cinco ciudades, lo que también contribuyó a disminuir la asistencia. Miles de personas han pedido unidad a los partidos para recuperar la hegemonía política y criticaron al Ejecutivo catalán liderado por Salvador Illa.
El independentismo llegó debilitado a su día más importante, con la Diada mostrando una disminución en el apoyo popular. La llegada de Salvador Illa al gobierno catalán ha cambiado el tono de la celebración, enfocándola en ser una fiesta «para todos».
Estas son algunas de las actividades y comentarios que se mencionan en el artículo.