Vicente Castillo, un adinerado comerciante, fue apuñalado en su casa en el centro de Madrid. Este crimen horroroso sacudió a la España del siglo XVIII, donde la víctima pertenecía a la alta sociedad. La escritora Rebeca Martín (León, 47 años) revive este caso y otros famosos en su libro Crímenes pregonados (Contraseña Editorial), explorando el interés de la sociedad de la época y destacando similitudes con la actualidad.
Martín, doctora en Filología y profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona, se sumergió en archivos judiciales, documentos históricos, hemerotecas y obras literarias para escribir esta obra. Además de relatar crímenes impactantes, indaga en los motivos detrás de los homicidios, mostrando un interés particular en los casos y sus repercusiones en la sociedad.
En su investigación, Martín destaca el interés duradero que despiertan los sucesos, así como el debate sobre los límites en la narrativa de crímenes.
Pregunta. El caso de Castillo ilustra cómo la combinación de crímenes y alta sociedad siempre ha fascinado, tanto en el pasado como en la actualidad.
Respuesta. Los crímenes ligados al poder generan un atractivo especial. Castillo, proveedor de la corte y el ejército, fue asesinado por su esposa, lo cual capturó la atención del público. Esta mezcla de crimen y clase alta siempre ha sido intrigante, alimentando chismes y rumores, creando un ambiente de conspiración.
P. En su libro menciona que el primer periódico español dedicado a los tribunales surge en 1834. ¿Esto refleja el interés constante por la crónica de sucesos?
R. Sí, el relato de crímenes y su impacto siempre ha sido parte de la narrativa humana. Nos fascinan los crímenes motivados por pasiones, más que los económicos.
P. ¿Qué fuentes utilizó para abordar estos casos y su repercusión?
R. Consulté actas judiciales, discursos de acusación y defensa, cartas, informes médicos, noticias de la prensa, literatura y representaciones artísticas. Todo ello proporcionó un panorama completo de los crímenes y su impacto social.
La tendencia a las conspiraciones ya estaba muy presente en la época
P. Su investigación revela la participación de figuras como Goya, Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós en la crónica de crímenes.
R. Goya mostró interés en el caso de Castillo y lo retrató, mientras que Pardo Bazán y Pérez Galdós también exploraron crímenes en sus obras. Aunque en España el interés literario en crímenes llegó tarde, estos escritores aportaron al fenómeno criminal.
P. ¿Se debatía en la época sobre los límites en la narración de crímenes, como hoy en día?
R. Sí, en la época se narraban crímenes con lujo de detalles, sin preocupación por la sensibilidad. Se justificaba como una forma de mostrar al público la gravedad de estos actos.
En la Restauración tanto Emilia Pardo Bazán como Benito Pérez Galdós muestran un interés ferviente por el fenómeno criminal
P. Recientemente, se ha destacado la importancia de respetar a las víctimas de crímenes violentos, un reclamo presente desde hace tiempo.
R. El respeto a las víctimas ha sido una preocupación constante, como en el caso de Pedro Fiol en Barcelona. Los familiares exigieron respeto a la memoria de las víctimas y evitar la revictimización.
P. El libro aborda diversos tipos de crímenes, permitiendo explorar aspectos culturales y sociales más allá del delito en sí.
R. Los crímenes reflejan tensiones sociales, temas como esclavitud, salud mental, roles de género y matrimonio. Los casos elegidos permiten abordar estas cuestiones esenciales en la sociedad de los siglos XVIII y XIX.
P. La violencia machista también se aborda en el libro.
R. La violencia contra las mujeres era una realidad presente en muchos casos. Aunque se denunciaban malos tratos, la sociedad tendía a minimizarlos o justificarlos, reflejando una visión patriarcal arraigada.
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