El ex presidente de EEUU, ahora candidato del Partido Republicano a las elecciones del 5 de noviembre, está seguro de que va a ganar ampliamente, considerando cualquier posible derrota como inasumible. Trump afirma haber sido víctima de un robo en las elecciones de 2020 y asegura que los comicios de este año serán un fraude. Amenaza con enviar a la cárcel a los funcionarios que supervisen el proceso electoral.
A pesar de la tensa atmósfera política en EEUU a menos de dos meses de las elecciones, Trump sigue adelante con su retórica desafiante. Asegura que, en caso de ganar, procesará a quienes participaron en un supuesto fraude electoral. Sin embargo, Trump y su equipo son los únicos investigados por este tipo de acusaciones.
Trump ha hecho públicas acusaciones infundadas sobre fraude electoral, intensificando su mensaje negativo sobre el voto por correo en Pensilvania. El ex presidente ha amenazado con enjuiciar a quienes él considere responsables de actos fraudulentos, aunque las investigaciones lo sitúan a él y a su equipo en el centro de las sospechas.
El Comité Nacional Republicano y la campaña de Trump han anunciado planes para desplegar voluntarios y abogados con el fin de supervisar el recuento de votos y denunciar irregularidades durante las elecciones. Están preparados para impugnar resultados y presionar a las autoridades en caso de una victoria de Harris, poniendo en peligro la certificación de las elecciones en varios estados.